Hace un par de años, todos los poseedores de una Ps2 nos quedamos con la boca abierta al descubrir God of War, un título desarrollado por la propia Sony que daba un paso adelante en el ámbito tecnológico. No hizo falta contratar a ningún adivino para pensar que tarde o temprano disfrutaríamos de una segunda aventura de Kratos; esta vez convertido en dios de la guerra. Incapaz de olvidar su pasado y el destino de su familia, la historia de la segunda parte de God of War comienza con el asedio de Rodas, última ciudad en recibir el ataque del ejército espartano.
Jugablemente, God of War 2 mantiene esa espectacularidad de la violencia, ese salpicar de la sangre más allá de la pantalla a base de combates directos a los que se ha incluido una especie de minijuegos. Por lo demás, sigue siendo más de lo mismo. Entre las escasas novedades destaca la posibilidad de poder intercambiar dos armas en tiempo real, la inclusión de cortos segmentos aéreos a lomos de un pegaso espectacular y la oportunidad de utilizar las Hojas de Atenea a modo de látigo para colgarnos de salientes y alcanzar zonas inaccesibles. Destaca de forma muy positiva el gran diseño de niveles que el juego presenta, tan pronto escapamos de los infiernos, trepamos por el cuerpo de un titán como que podemos utilizar las corrientes de aire para alcanzar las alas de Ícaro. En mitad de la camino acabamos con la vida de un temible rey bárbaro o protegemos a inocentes traductores de los ataques de las hordas enemigas.
En God of War 2 la cámara suele estar bien colocada casi siempre, sin entorpecer la espectacularidad de las secuencias gráficas que tendremos la oportunidad de disfrutar. Y es que cuantas películas del peplum soñarían con haberse inspirado, aunque fuera sólo un poco en alguno de los escenarios que aparecen en el videojuego. Igualmente resultan increíbles los monstruos finales a los que tendremos que plantar cara. Enemigos como el coloso de Rodas o la gorgona Euríale son algunos de los tremendos bicharracos a los que tendremos que acuchillar.
Desgraciadamente, el segundo disco repleto de extras de la versión original americana ha quedado relegado a la versión para coleccionistas en nuestro viejo continente. Bueno, al menos ha llegado hasta nosotros…
Gráficamente encontramos ciertos anacronismos en el diseño de personajes y sus correspondientes vestuarios. Además, hay cierto aire al "Señor de los Anillos" en algún momento del juego. Imaginamos que serán cosas de "los americanos". Aún así, podemos decir que Playstation 2 toca decididamente el techo tecnológico. El juego está a la altura de algunos de los de séptima generación. Las animaciones de los distintos personajes que luchan en nuestra pantalla tienen un acabado incomparable. El apartado sonoro brilla una vez más en God of War. Esta vez nos encontramos con una banda sonora mucho más variada si cabe que en la primera entrega. Y es que los coros asustan en algunos momentos de juego. Las composiciones son brillantes y se incluyen dentro de la épica de la aventura. Una lástima la elección de la voz de Kratos, el doblador del personaje principal no resulta todo lo contundente que debería. Se echa de menos al Kratos de la primera entrega.
God of War II es, posiblemente, el mejor videojuego de acción que se ha creado nunca para Playstation 2. Sin duda, la mejor despedida que la propia compañía nipona podía ofrecernos (aunque el grupo de desarrollo sea de Santa Mónica). Una compra imprescindible.
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